La cara B del Plan E
La premura en la contratación de las obras ha dejado en Galicia proyectos discutibles y muchas molestias ciudadanas
Autor:
Jorge Casanova
La Voz de Galicia
14/9/2009
Más luz para el Barbaña. 600.000 euros dedicó el Concello de Ourense en acondicionar y, sobre todo, alumbrar el paseo fluvial del río Barbaña. La pregunta es si era necesario, porque las luminarias que han sido sustituidas llevaban diez años funcionando aparentemente bien. Ahora, claro está, alumbran mejor. santi m. amil
La belleza es redonda. Por el módico precio de 200.000 euros, la capital del Deza se ha lavado la cara. Al menos en su perímetro, con el acondicionamiento de todas las glorietas. Maceteros gigantes, pequeños bosques de álamos, cubos artísticos y parterres... Ahora, entrar en Lalín es otra cosa. marcos míguez
Piedras nuevas en la Alameda. La reforma de la Alameda de Marín es otra de las obras cuya urgencia se discutió. Con el nuevo acondicionamiento, el paseo más concurrido de la villa tiene mejor aspecto, aunque algunos vecinos creen que había cosas mejores que hacer en el concello con 400.000 euros. capotillo
Durante unos meses, las obras del Plan E han conseguido aliviar las cifras del paro, siquiera de modo efímero y han puesto patas arriba buena parte del país. Ningún ayuntamiento ha quedado al margen de la invasión de vallas, máquinas, obras y, sobre todo, obreros. La lluvia de empleo ha traído consigo la puesta en marcha de centenares de proyectos municipales, muchos con urgencia de ejecución, pero algunos también que salieron del armario donde dormían el sueño de los justos.
La premura con la que tuvieron que diseñar su lista de obras y las características especiales del plan (plazos rápidos de contratación y ejecución) hicieron que muchas entidades locales encajaran los proyectos que podían más que los que querían. Como consecuencia, la mayoría de los concellos están viendo sustancialmente mejorados algunos de sus viales, pero también más humanizados sus entornos urbanos gracias a la creación y reforma de parques y zonas de paseo. Todo para no perder los fondos ni el empleo que han estado llegando. En total, el Gobierno tenía prevista una provisión cercana a los 500 millones de euros para la ejecución de obras en los ayuntamientos gallegos hasta fin de año, que se han ido liberando a medida que los proyectos se fueron presentando.
Muchas, en muchos sitios
Claro que no todo han sido parabienes. Tanta obra en tantos sitios al mismo tiempo está teniendo su reverso oscuro. El primero y más evidente, las molestias a las que se ven sometidos miles de ciudadanos a diario, con cortes de calles, ruidos y restricciones de aparcamiento. El segundo, la reflexión que otros ciudadanos se han hecho sobre la conveniencia de algunos de los proyectos ejecutados durante estos meses.
La mayoría no han provocado dudas, pero otros, cuando menos, han dado que hablar por su singularidad. Desde la reforma integral de las rotondas de Lalín, que ha convertido la circunvalación a la villa en una nueva experiencia, a la renovación completa de espacios y servicios cuyo estado de uso no parecía estar en discusión.
Las consecuencias de la premura del plan han dado juego también a la oposición municipal en algunos ayuntamientos, poniendo en solfa la eficacia de tal o cual proyecto, si la empresa encargada contrata obreros españoles o portugueses y utilizando una frase muy común en los plenos: «Vale máis o cartel que a obra». La misma prisa ha provocado situaciones tan curiosas como la de la Policía Local de Fene, que tuvo que compartir las oficinas con los obreros porque los operarios se pusieron manos a la obra sin que se estableciera una sede alternativa; o en Abegondo, donde los cimientos de una construcción en la plaza acabaron tapados tras un cambio de planes.
La importancia de la variable del empleo a la hora de conseguir las contratas también ha llevado a algunos empresarios a dedicar cuadrillas a ejecutar la mitad de la obra, despedirlas y contratar otras nuevas para finalizarla.
Como moi discutibles son tamén as inversións do Concello de Fene na Praza Verde, que ao final vai quedar casi como estaba, agás un pequeno parque infantil e 180.000 € gastados. Como o cambio de farolas na Avda. das Pías (morada do Sr. Alcalde) e Avda. Naturais, que estaba suficientemente iluminada, 267.000 €, eso si, as farolas actuais son moito máis bonitas agora. Ou a atrocidade do parque de Audasa, 500.000 €. Polo que só sumando estos 3 conceptos xa temos unha cantidade cercana ao millón de € gastados en parques e xardíns, namentras que moita xente deste Concello ainda vive en condicións similares ao terceiro mundo, con camiños sin asfaltar, sin auga de traída e sin alcantarillado.
Logo tamén é penoso a falta de previsión e vixilancia destas obras, tendo casos como a xa famosa colocación de farolas en medio da beirarrúa en Barallobre ou, como se menciona neste artigo, a mistura de obreiros e Policía Local en Fene, sin buscar unha oficina provisional alternativa.
E, agora, logo deste dispendio sin xeito, toca subi-los impostos para enche-la caixa do estado, e, moito me temo, que para o ano tocará outro Plan E, para invertir en moitos casos, en trapalladas e populismo barato.
Algún ten que ser deFENEstrado!!!
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y dentro de 3 meses no quedará ninguno de esos puetos de trabajo,creada a base de millonadas de euros en chorradas
ResponderEliminarEL MAL NO ES LA DEMOCRACIA, SON LOS POLÍTICOS
ResponderEliminarSin ser una panacea el sistema democrático es la solución menos mala como forma definitoria de la representatividad popular, pero tiene sus disfuncionalidades, pues una decisión equivoca en el voto ciudadano queda limitado en enmienda por un plazo de cuatro años.
Un caso ejemplarizante es Fene, sin duda, en las últimas elecciones municipales el candidato hoy día alcalde, levantó unas expectativas favorables en el sentir popular que obviamente inclinaron la balanza electoral a su favor, pero el paso del tiempo vino a certificar que la decisión de las urnas fue una fatalidad, pues a tiempo presente el actual mandatario no atiende a satisfacer la confianza otorgada.
Soy seguro que ahora, una vez pasado el ecuador de su mandato, el primer edil municipal ha dilapidado el 90% de su capital electoral, y hoy día a su grupo político, los vecinos del municipio le han retirado la confianza que le facilito el acceso de su candidato a la alcaldía y sin embargo no existen resortes populares para forzar su cese en el cargo, y eso en realidad, si es una discordancia del sistema.
El resplandor del candidato se ha eclipsado, su dialéctica se ha tornado en verborrea, sus promesas en pretextos, sus obligaciones en escamoteos, solo mantiene inequívocamente invariable lo que no incorporo as su programa electoral, que no es otra cosa que sus percepciones económicas, que a juzgar por su inutilidad debiesen ser sujeto de supresión.
Su meteórica carrera política se fue al garete, se cayó de la Ejecutiva Nacional, el cargo de presidente comarcal de su formación toca a su fin, siendo cuestionado tal rango hasta por compañeros de su grupo.
En síntesis en Fene solo queda un boceto difuminado de aquel excelente cuadro que le vendieron a los vecinos y en vez de un alcalde solo disponemos de un polichinela que se mueve por el impulso de los hilos que maneja un trásfuga que es el verdadero alcalde en la sombra.
Pero también ha de quedar claro, que la oposición política que acumula la mayoría de la corporación, es tan responsable como el propio gobierno por mantenerse inmutable ante tan caótica situación.
Claro que esta, es una espontánea opinión de alguien que profesa escasa simpatía por quienes hacen de la política su solución de vida……
Definitivamente, afirmar que en política no se debe aplicar, lo que se aprende de publicidad y relaciones públicas, pues como se puede comprobar los efectos son desastrosos y arrojan el nefasto resultado de convertir a Fene con notoria diferencia en la peor Alcaldía de toda la comarca.